Madrid fue testigo de una noche mágica para Enol y sus fans. Invitados, amigos y un público muy especial que quedarán grabados por siempre en su memoria.
El pasado domingo 16 de febrero, La Riviera de Madrid se convirtió en un rincón mágico donde la música y la emoción se entrelazaron en lo que sería una noche inolvidable. Desde las primeras filas, la sala se llenó de camisetas rojiblancas y banderas de Asturias, levantando con orgullo entre un público ansioso por compartir un momento inolvidable. El escenario, cuidadosamente decorado con un banco, un farolillo y un jardín de fondo, no solo anticipaba un concierto, sino una experiencia íntima, una invitación directa al mundo de Enol. Y así, con la complicidad de todos los presentes, comenzó la magia.

Enol en La Riviera | Ami Pond – Why Not Magazine
La nostalgia recorriendo cada instante de la noche
Las primeras notas de ‘Peter Pan’ marcaron el inicio del viaje musical, una de las protagonistas de su último álbum, ‘Una casa con jardín’. Enol quería asegurarse de que cada uno de los presentes pudiera vivir y sentir al máximo, y así lo manifestó: “Todo el mundo que esté aquí, quiero que por este ratito que dure el concierto aparquemos fuera los problemas, todas las preocupaciones, todas las rayadas que tengamos. Ya las recogeremos cuando acabe el concierto. Ahora vamos a vivirlo y disfrutar este rato todos juntos en familia.”
Sin embargo, la nostalgia no tardó en hacerse dueña del escenario. El cantante, consciente del significado de la noche, rescató temas emblemáticos de ‘Te traje flores’ y ‘Ocho estrellas’, transportando a sus fans a momentos pasados, pero siempre presentes en el corazón de quienes le siguen desde el principio.
La velada no solo estuvo marcada por la voz de Enol, sino también por las sorpresas que hicieron que cada minuto fuera único. Mafalda Cardenal iluminó la sala con su interpretación de ‘Narcos’, mientras que Diego de Veintiuno dejó su huella al acompañar a Enol en ‘Acantilado’. Pero uno de los momentos más memorables llegó cuando el artista bajó del escenario seguido por una luz anaranjada, para dedicar ‘Claudia’ a su musa. El público, sin dudarlo, le acompañó en cada verso, transformando la canción en un himno compartido.

Mafalda en La Riviera | Ami Pond – Why Not Magazine
El reflejo de una noche que nadie olvidará
La noche siguió avanzando con gran intensidad, y con ‘Física o Química’, la nostalgia se desbordó. Enol, Hens y Walls hicieron suyo este clásico junto a Despistaos, llevando a la sala a un estallido de euforia que demostró que hay canciones que nunca envejecen. La complicidad con los invitados no terminó ahí: Xavibo y Marlon también se unieron a esta celebración de la música, sumando momentos imborrables a la velada.
Y aunque todo lo bueno tiene un final, Enol se aseguró de que el cierre estuviera a la altura de la noche. Marmi se subió al escenario y nos transportó a la calidez del verano con ‘Bodas de Plata’ y ‘Santorini’, un guiño a aquellos recuerdos imborrables que viven en la memoria de sus seguidores. Pero el broche de oro llegó con ‘Serenata’, donde Walls volvió a acompañar a Enol, cerrando el concierto con una conexión palpable, tanto entre ellos como con el público.
Entre luces de móviles iluminando la sala, lágrimas de emoción y sonrisas que lo decían todo, el concierto llegó a su fin. Algunos inmortalizaron cada instante con sus cámaras; otros prefirieron grabarlo en su memoria, sabiendo que lo vivido en La Riviera esa noche no se borrará jamás.
Imagen destacada: Ami Pond