Alice Kellen pisa las estanterías de nuevo, por tercera vez en este año, con la reedición de «El chico que dibujaba constelaciones» (Planeta, 2020).
Si tuviera que recomendaros una única novela de Alice Kellen, sería esta. Hemos hablado de la calidad en Nosotros en la Luna y Las Alas de Sophie, pero me voy a permitir el lujo de recomendar, por encima de todas las cosas, El chico que dibujaba constelaciones.
«Recuerdo como si fuese ayer la primera vez que te vi», así es como empieza la historia de Valentina y Gabriel, en una emocionante y espectacular segunda persona con la que Alice Kellen nos arrastra al romance más puro y fiel a las décadas que recorremos.
La novela empieza en los inocentes años sesenta, pero no se queda ahí. Recorremos los setenta, los ochenta, los noventa y el inicio de una nueva era, comprendida por los primeros años del siglo XXI. El paso del tiempo es acertado y, además de hacernos envejecer con ellos, cumple con la ambientación, avance y problemática de cada época. El papel de la mujer sufre los respectivos cambios históricos y Valentina nos los hace sentir a nosotras, a través del papel. Y Gabriel… bueno, Gabriel debe ser uno de los mejores personajes en la obra de Alice Kellen.
«El chico que dibujaba constelaciones»: la vida detrás del título
Suena simple, ¿no? Un hombre y una mujer se conocen, se enamoran y, años más tarde, se lo cuentan en esta novela. Sin embargo, y corriendo el riesgo de ser subjetiva hasta decir basta, El chico que dibujaba constelaciones es especial. Tiene el carisma de una redacción limpia, como toda la obra de Alice Kellen, tiene la emoción de un vínculo fuerte y romántico de principio a fin, a pesar de los baches de su desarrollo, y tiene la nostalgia del relato de los años vividos… Tiene un poco de todo. Es la vida, en realidad. Es la vida de una persona que amó a otra, y es la vida que estas dos crearon juntas.
El chico que dibujaba constelaciones es la novela que deberías leer si buscas una historia con un buen ritmo, sin decaer, sin decepcionar, con detalles que llenan la ficción de verdad, así como emociones perfectamente descritas, para bien y para mal.
Seguramente ya lo hayas hecho, pero, por si esta es la primera vez que escuchas hablar de ella, apunta el nombre de Alice Kellen en la eterna lista de lecturas pendientes. Su reconocimiento nace de talento y especial sensibilidad para crear vidas. Es una apuesta más que acertada. Empieza a leer esta novela clicando en este enlace.
Imagen principal: Editorial Planeta