La decimotercera temporada de ‘La que se avecina’ creó mucha expectación antes de su estreno, sobre todo por el cambio de edificio, pero ha dejado luces y sombras.
Un nuevo edificio, Contubernio 49
La gran novedad que presentaba esta nueva temporada de ‘La que se avecina’ era la mudanza a Contubernio 49, en pleno centro de Madrid. Los hermanos Caballero eligieron este nombre para hacer homenaje a la productora, Contubernio Films, creada en 2013 y la encargada de las últimas temporadas de la serie. Este cambio se desveló al inicio de la decimosegunda temporada, Montepinar dejaría de existir por la construcción de la M-60. Evidentemente, los vecinos lucharon por mantener sus casas, pero no fue posible.
Personalmente, es lo que mejor le ha venido a la serie. Los nuevos decorados dan una sensación de realidad en pantalla, dejando atrás la sensación de agobio que daba Montepinar, un decorado que se construyó en 2007. La entrada al edificio también recuerda al situado en Desengaño 21, el principal escenario de ‘Aquí No Hay Quien Viva’.
Alrededor de Contubernio 49 se encuentra un nuevo bar, la Cafebrería de Bruno Quiroga, con la esperanza de ser un referente cultural. El local está bien, mucho más grande que los anteriores, pero esa idea del pianista quizás sobra un poco, apenas se le da bola. Al salir de la cárcel, Antonio Recio está más sensible y se le ve en más de una ocasión en el bar, buscando el consejo de los vecinos. Algo nunca visto y que apruebo.
Algunos personajes se podrían haber obviado
La mayoría de los vecinos se han mudado a Contubernio 49. Incluso Lola Trujillo, que apenas tiene presencia, por lo que su personaje ya es prescindible. Desde la marcha de Antonio Pagudo —interpretaba a Javier Maroto, marido de Lola—, el personaje de Macarena Gómez ha ido perdiendo sentido. Apenas se ha notado su poca participación, pocos fans la hemos echado de menos. Duele porque en temporadas anteriores era uno de los pilares de la serie con Fermín o Estela Reynolds.
Otra de las tramas que sobra es la de Yolanda Morcillo. Los guionistas han buscado en la gordofobia los chistes más fáciles y esto les ha expuesto en redes sociales. En cada capítulo, Menchu, su madre, llega a poner un candado en la nevera para evitar que coma o la obliga a mirarse en el espejo para que viera en que «desecho» se estaba convirtiendo. Menos mal que la reina del brillo decide marcharse, veremos de qué manera vuelve, pero el personaje de Yolanda tampoco tiene gracia a estas alturas.
El gran ‘hombre cojín’, Vicente Maroto, ha perdido casi toda presencia en ‘La que se avecina’. Ya quedó algo tocado con la marcha de su hijo, pero esta nueva temporada tampoco le ha beneficiado. Casi no tiene presencia en el bar, mientras que su nueva novia apenas le deja salir de casa, incluso se le ha llegado a ver en misa, lo nunca visto.
Los personajes que siguen sosteniendo la serie son el Recio, Amador Rivas, Maite, Doña Fina, Fernando Trujillo y Menchu. Cada uno con sus tramas, que pueden gustar más o menos. Para mí es destacable la dupla, para bien, que se ha formado entre Doña Fina y Menchu. Con ellas reinará el mal y sus ideas son realmente ingeniosas.
Nuevos personajes llegan a la ficción
A la serie llegan nuevos personajes como el de Greta Garmendia, interpretado por Laura Gómez-Lacueva, quien participa en ‘El Pueblo’, serie de los hermanos Caballero. Al principio no me hacía mucha gracia la nueva presidenta, pero con el paso de los capítulos se va descubriendo que no es tan recta como parece, también ha tenido su pasado. Empieza a interactuar cada vez más con los vecinos de toda la vida y eso le puede salvar aún más.
Me hubiera gustado más presencia de Esteban Guijarro —interpretado por Carlos Chamarro—, cuya identidad se mantiene en el anonimato hasta el tercer capítulo. Podría haber dado mucho juego gracias a esa gran inocencia. Veremos cuál es su papel en las siguientes temporadas, pero el personaje de Julia Guijarro apenas es necesario.
Quizá se salva un poco cuando se junta con “les chiques”: Andy, Giorgi y Karma. Tienen una gran amistad con Berta, fueron su apoyo mientras Antonio estaba en la cárcel. Además, también es curioso ver cómo estos personajes dan consejos al propio pescadero en plena crisis matrimonial —otra más y esto empieza a cansar—, un hombre racista y homófobo.
Victoria Rafaela y Logi se compenetran muy bien, sus conversaciones te sacan más de una sonrisa. La marquesa, creo yo, acabará siendo descubierta por los vecinos, ya que realmente no es lo que aparenta. Esto puede crear algún giro interesante, al menos confío en ello. El papel de Félix Gómez, interpretando a Óscar Serra, apenas tiene gracia y sin Amador, su presencia tiene menos sentido todavía. Espero que sea ese tipo de personajes que deciden ausentarse durante una temporada, como ya hicieron Araceli o Judith Becquer.
El sinsentido absoluto se lo lleva Noelia, la hermana menor de la marquesa. Su trama me tenía un poco en vilo, tenía la esperanza de que su hijo pudiera ser un viejo conocido de la serie, pero no. El final de esta historia tiene poco argumento, dando la sensación de que los creadores querían quitarse a este personaje de encima lo antes posible.
Como reflexión general, soy de los que opina que la decimotercera temporada de ‘La que se avecina’ ha estado a la altura. Con el paso de los capítulos, los nuevos personajes han ido congeniando cada vez más con los habituales, algo que me da esperanzas para las siguientes entregas. También puede ser realmente bueno para la serie el resurgimiento de Mariscos Recio.
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