‘La Malnacida’ es una historia de subversión contra el fascismo italiano y el machismo de 1936 a través de la amistad entre dos adolescentes. Atención, ¡esta reseña contiene spoilers!
‘La Malnacida’ es el debut de Beatrice Salvioni, que ha sido galardonada por la Scuola Holden de Alessandro Baricco. Es la historia de Francesca, una niña de 13 años que vive en Monza (Italia) en 1936, y Maddalena. Esta última, la ‘Malnacida’, es repudiada por toda la ciudad, ya que dicen que trae consigo mala suerte.
Todo empieza cuando ambas esconden en el río el cuerpo de un hombre que ha intentado violar a Francesca. De esta forma, la autora nos presenta en una bandeja, un tanto fría, la personalidad de la ‘Malnacida’. Una persona entregada, con coraje y sin miedo a nada.
Con el fascismo en pleno auge en el país y la revolución pueril de la protagonista, la amistad de estas dos jóvenes sufre altibajos. Además, se deja muy claro cuál debería ser el puesto de Francesca en el mundo: callada, dócil y oprimida. Pero cuando conoce a Maddalena, esta le enseña la libertad: bañarse en el río Lambro, andar descalza, mancharse el vestido o arañarse jugando.
Maddalena: ¿maldita o libre?
Entre las páginas de ‘La Malnacida’ encontramos personajes femeninos poderosos y reales. Se retrata la doble moral hacia las mujeres: la puta frente a “la señora” respetable. Se habla de los horrores de serlo en 1936: embarazos no deseados, viudedad, monomaternidad, la menstruación, la rivalidad…
«No sabía si le podía pedir a la Virgen que mandara a alguien al infierno. Pero ella también era una mujer y tenía que entenderme».
Maddalena le enseña a Francesca a ser una nueva mujer. Una chica que no tenga que ser rescatada. Porque la ‘Malnacida’ no pedía permiso ni ayuda. Era una niña fuerte y decidida. Cuando hacían el saludo fascista en la escuela se quedaba sentada y en las lecciones de latín llamaba “puta” al duce.
La figura de la ‘Malnacida’ está rodeada de realismo mágico. Lo real a veces se desdibuja con lo fantástico. Y la misma Maddalena se reafirma en su maldición como una peligrosa armadura.
Cuando el fascismo y el clasismo iban de la mano
Las diferencias de clase también están presentes en la historia, al igual que el machismo de la sociedad. Pues el origen humilde de Maddalena es un factor importante y contrasta con la madre de Francesca, que es muy conservadora.
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Pero sobre todo se nota en la guerra. Salvioni refleja quién iba al frente y quién se quedaba en casa. Irónicamente, los más patriotas de la ciudad —los más fascistas— siempre se libraban de combatir. A los que les gustaba la guerra ni siquiera se planteaban vivirla de primera mano.
‘La Malnacida’ es un libro en el que se canta “Parlami d’amore Mariù”, se come panettone y el Lambro es un punto de encuentro. Pero también se llora la guerra de Etiopía, la crueldad hacia las mujeres y el clasismo inherente en la sociedad. Es una historia que he disfrutado mucho, incluso con su final agridulce.
Imagen destacada: Beatriz Salvioni y portada de ‘La Malnacida’