Kristen Stewart protagoniza «Underwater», la nueva película de supervivencia bajo la amenaza de un exhaustivo estudio del fondo marino.
Underwater se presenta como una aventura que mezcla la acción y la incertidumbre de la localización en la que la trama se desarrolla. El lecho del mar suena terrorífico, y así lo muestran desde un principio. Menos desconocido que en la vida real, el fondo marino en esta película está estudiado y repleto de bases científicas.
Lo bueno de Underwater es que empieza con fuerza. Lo mejor de la película es el inicio, así que nadie que quiera darle una oportunidad se lo perderá. Con esos primeros minutos de acción acompañados por sonidos envolventes y excelentes para la escena, todo parece apuntar hacia un buen thriller. ¿Es así?
Aunque la premisa suena interesante, el argumento no es extenso. Cuesta mucho estirar de una trama que solo pende de unas criaturas bajo el mar y sus esporádicas apariciones con el propósito de asustar. Pasada la media película, cuando ya hemos conocido la forma de la amenaza y las características del suelo sobre el que los protagonistas deberán andar para sobrevivir, la emoción decae. La innovadora acción del principio se ve reemplazada por una trama de sucesos repetitivos.
Así, lo interesante de esta película, más que la trama, es la ambientación. La asfixia se transmite a la perfección, así como la duda eterna de no saber qué se encuentra más allá del foco que las linternas consiguen iluminar. De hecho, me atrevo a opinar que la oscuridad de la imagen es excesiva. Todo se intuye, pero no se termina de apreciar.
Underwater es una hora y media de oscuridad y asfixia. Por supuesto, no han dejado atrás la traza romántica y emotiva con la que atrapar al espectador, pero no se consigue con demasiado éxito. Los detalles que se alejan de la soledad marina y el miedo a agotar las reservas de oxigeno pasan desapercibidos.
Imagen principal: IMDb