El dúo continúa consolidándose y anoche hicieron pleno en el WiZink Center en su concierto fin de gira en la capital, en el que tampoco faltaron amigos como Alex Ubago, Despistaos, Bely Basarte y Taburete.
Más de 6.000 personas se reunieron ayer en el WiZink Center para cantar al unísono las canciones del grupo formado por Arnau Blanch y Eric Griso. El dúo fomenta el buenrollismo, la buena energía y el positivismo; algo llamativo hoy en día y quizá la clave de su éxito. Fueron dos horas de saltos, bailes e invitados sorpresas, ya que estuvieron acompañados sobre el escenario por Taburete, Álex Ubago, Despistaos y Bely Basarte.
Al ritmo de No sé nadar, viajando a La Casa de Tothom y llenando el WiZink de un gusto propio y característico con El gusto es mío empezaba el show. Pinceladas de buen rollo en esta primera fecha, que mañana llegará a Barcelona para cerrar definitivamente la gira. «La energía que nos regala esta ciudad es única«, decía Eric Griso y recordaba el primer concierto del dúo en la capital.
El concierto continuó con un alegato para poner fin al egocentrismo con Yo, poniendo Banderas Blancas y con Mil Meses más por delante, aunque esta gira que tantas alegrías les ha dado y tantas ciudades les ha hecho recorrer se acabe. Desamortil era la receta con el mal de amores, en la víspera de San Valentín. «Un clavo saca a otro clavo, no escuché a Álex Ubago…», terminaba diciendo esta canción. La ocasión perfecta para que subiese al escenario el primer invitado de la noche, exigiendo derechos por usar su nombre en Desamortil. El artista vasco sorprendió al público, y más al interpretar un tema propio junto a Arnau Griso: Sin miedo a nada.
Inmediatamente después llegó el turno de Bely Basarte. La «media pera que le había dado la música«, en palabras de Arnau, llegaba al escenario para compartir Ser y Estar, entre elogios para la cantante. A continuación sonó Te lo juro y Malditharina marcó el ecuador del concierto.
A lo largo del show, no dejaron de darle las gracias al público. También hubo tiempo para los chistes del batería, que tenían su pizca de gracia, que precedieron a Eterno Verano y a un juego sobre el escenario. Una chica, vestida de plátano en honor a la Revolución Bananera del dúo, ganó un concurso de perreo a uno de los miembros de la banda, mientras el público coreaba su nombre: «¡Carla, Carla!» Esto dio paso a Despistaos, con quienes compartieron un tema que se encuentra en el último disco del grupo de Guadalajara: Las cosas se me olvidan. Además, sorprendieron al público con el mítico Física o Química.
Cuando se marcharon del escenario llegó uno de los momentos más esperados de la noche: Para que el mundo lo vea, seguido de Autoextinción. En esta canción, Arnau cruzó la pista y llegó a la mesa de sonido, donde aguardaba una botella de chupitos que no dudó en echarse por encima. La noche poco a poco fue llegando a su fin, pero no sin antes anunciar que probablemente este 2020 saquen nuevo disco. Nada que añadir es uno de esos temas críticos, como ellos mismos definen, pero alejados de esa parte humorística. Si ya tenían intención de cambiar el mundo en el primer disco, aseguran que en este segundo esta intención crece aún más.
A Nada que añadir le sucedió Quiero, quiero y quiero, la canción que hicieron en colaboración con una ONG para ayudar a los niños de Uganda. Por tanto, como ya es habitual, grabaron un vídeo cantando en su idioma como mensaje de solidaridad. Además, recalcaron lo más importante: valorar lo que tenemos hoy en día.
Con la presencia Taburete pusieron el colofón final al concierto, a la par que reivindicaron el talento de esta banda que tantas críticas ha sufrido. «Dicen que somos los Taburete de izquierdas. Que se callen la boca, la música no entiende de estas tonterías, la música es solo una«, dijo Arnau. En homenaje al grupo que ya sabe lo que es llenar el WiZink Center compartieron Sirenas y a ritmo de «ser feliz es gratis» terminaron un concierto que no olvidarán, no sin antes dar las gracias a su equipo de Sony Music, de Getin, a la banda que les acompaña y a todo el público que hizo posible la noche de ayer.
Sin duda, fue un final de show épico, con un buen rollo único. Un dúo que traerá mucha música en este 2020, porque esta Revolución Bananera ha llegado para quedarse.
Imagen principal: Ángela Merino – WHY NOT
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