El tercer concierto de Judeline en la Sala Shoko atrajo a cientos de fans que lucharon por ver a la artista antes de su pronto estrellato. Después de dos sold out en la misma sala la semana anterior, la cantante termina su estancia en la capital con la mejor nota.
Una cola que rodea el bloque de edificios de la Sala Shoko expresa el amor que estos fans mantienen por una de las chicas más queridas de la escena musical emergente española. Judeline, el nombre artístico de la cantante gaditana Lara Fernández, encapsula una esencia innovadora.
Para aliviar la espera previa al concierto, una playlist que refleja a la perfección los referentes que la enmarcan: desde el pop dosmilero de Justin Timberlake al flamenco fusión de Triana, pasando por el afrobeat de Rema.
En el momento en que se para la música y las luces se apagan, entra en pantalla una imagen de la cantante desnuda formando parte de un paisaje, con un faro en primer plano. El horizonte, lo idílico, el mar… todo en relación al aura que rodea a Judeline.
Acompañada por tres músicos a la guitarra, batería y teclado, la cantante entra en acción con uno de sus temas más conocidos, ‘EN EL CIELO’. La energía de Judeline se transmite a la perfección al público, en el que se palpita la emoción. Los versos de las canciones son reflejados de vuelta a la artista en todo momento, aún que no cuente con mucho tiempo en los radares de los asistentes.
Muchos de ellos conocen a la cantante desde hace poco, pero pronto se percataron de su talento. ‘Sabemos que en unos años estará tocando en el Wizink, así que quisimos aprovechar esta oportunidad para verla en un ámbito más íntimo’, confirma una de sus fans.
Y es que con tan sólo un EP y varios singles bajo su nombre, Judeline ha conseguido conquistar a muchos con su fusión de bedroom pop, flamenco y sonidos urbanos. Estos géneros se apreciaron en el viaje que supuso su setlist, repleta de temas energéticos como ‘ZAHARA’ o ‘señal’, y momentos más sobrios con la balada ‘TÁNGER’ y su interpretación a capella de ‘tonada de la luz’.
Es este eclecticismo el que define su estilo, reconocible y original desde el primer momento. Este mismo estilo se traslada a las covers de canciones icónicas que incluye en sus conciertos. Sus versiones de ‘La Tortura’ de Shakira y ‘Fanática Sexual’ de Plan B semejan ser temas propios. Con ella, el reggaetón se puede convertir en una balada a guitarra flamenca o un tango sensual sin que nadie se dé cuenta.
Sin embargo, el público se asombra y queda perplejo ante el aura de Judeline, que es capaz de cautivar la atención de la audiencia con su voz y presencia sin problema. La diversidad del público se aprecia en las secciones de la sala en las que las palmas siguen el compás de las canciones a la perfección y de dónde salen varios gritos de ‘Viva Andalucía!’.
La artista originaria de Cádiz, sin pensarlo dos veces, devuelve un ‘Viva!’ apasionado a su gente. También se presenciaron momentos dulces con sus seguidores más fieles, como el ramo de flores que una fan le regaló a la cantante, y su interacción con el público al captar el BeReal de una asistente.
A pesar de estar la mayoría del concierto sola en el escenario, para su último lanzamiento, ‘2+1’, dos bailarines la acompañan para aportar una dimensión de movimiento a la actuación. A sorpresa de la sala entera, estos van vestidos con un traje que cubre todo su cuerpo con hilos y que esconde sus identidades. Estos vuelven al escenario para cerrar el concierto con ‘CANIJO’ por todo lo alto.
Y, sumergida en aplausos y gritos de elogio, Judeline se despide de Madrid lanzando varios besos al aire, mandando de vuelta al público todo el cariño que ha recibido durante la noche. El momento se empapa de un sentimiento agridulce, ya que todos sabemos que la volveremos a ver en un futuro, pero nunca más así. Será en otro lugar más grande, más fuerte, más Judeline.
Imagen destacada: Malena Fernández Morete