El dúo madrileño Natos y Waor llenó el WiZink Center por segunda vez en 2023 en un show con la misma esencia de hace diez años, pero con más medios que nunca porque no tuvieron miedo a volar.
La plaza de Felipe II era un hervidero de gente media hora antes del concierto que se ha hecho esperar más de un año. Camisetas de fútbol con el escudo de HDLR y patrocinadas por Barras Bravas se movían de un lado a otro en un mar de gente bajo una luna nueva que se transformó más rápido que nunca.
Burlando las leyes de la astronomía, igual que han hecho con la industria, Natos y Waor pusieron a brillar la ‘Luna Llena’ dentro del WiZink Center. Más de 15.000 personas llenaron el antiguo Palacio de los Deportes, el templo de la música en Madrid. Como se burlaba Waor de su trayectoria, empezaron la casa por el tejado, pero no les salió tan mal. Los números hablan, desde 2011 no hay quien les alcance.
En los 12 años que hay entre medias, han dado el salto de llenar las casas okupa donde empezaron a tocar a tener el corazón de Madrid a sus pies. Aunque se hayan apuntado unos miles más, los mismos que estaban al principio ahí siguen. Y es lo que ellos consideran su mayor éxito.
Los chavales que editaron la portada de ‘Por la jeta’, su primera maqueta, con Photoshop en su casa, ahora tienen un show digno de su escenario: juegos de luces, pantallas leds a modo de mosaicos, el rojo del último disco junto al blanco y negro de los temas de antes…
El carraspeo de Waor, la risa de Natos, pequeños detalles que sirvieron de firma para introducir ‘Rumba’. Porque la fiesta acababa de empezar. Sin saberlo, estábamos todos invitados al cumpleaños de Gonzalo (Natos) y uno de los temas que nadie esperaba que sonase anoche fue precisamente el cumpleaños feliz.
Hubo tiempo para todo, aunque sepamos que nunca es suficiente. Una década no entra en dos horas, pero algo se pudo hacer. Se cantó por la ‘Luna Llena’ que tiñó Madrid de rojo o azul junto a míticos temas como ‘RockNRollas’, ‘Martes 13’ o ‘Sudores fríos’. Pasamos al blanco y negro con ‘Hija de puta’, ‘Piratas’ o ‘A la tumba’. La compañía, en este caso, no fue lo de menos.
Chaman, Fernando Costa, Delaossa, Denom, Al Safir y, por supuesto, DjSaik y Recycled J. El niño bueno de los Hijos de la Ruina y su más fiel compañero. Porque al final, ayer se jugaba en casa. Se jugaba por los barrios, por Aluche, por Carabanchel. A ellos dedicaron ‘Generación perdida’ y suyos fueron los gritos que se escucharon desde el público.
Porque como los propios Natos y Waor comentaron en ‘Dispuestos a morir’, la calle está de su lado. La música de los parques, de los coches que atraviesan Madrid sur, de las calles por las que ahora Waor lleva a su propio hijo… Esa es la suya. Aunque llenen estadios, la esencia permanece y el dinero va y viene: tras besar el asfalto, toca coronar.
Qué menos que celebrarlo. Gritos, saltos y unos altavoces a punto de reventar en ‘Underground Kings’, ‘Hasta que salga el sol’ o ‘Gato de callejón’. Luces de mecheros y linternas, dos sillas en el escenario o un solo micrófono en el centro para ‘Tenías razón’, ‘Por ti’ o ‘Caminaré’. La primera, dedicada a la madre de Natos recién llegada de Argentina para ver a su hijo conquistar lo más alto de la capital. La última dedicada por Waor para los hijos que, finalmente, su musa y él sí tuvieron.
Una noche de contrastes con dos finales distintos: un ‘Cicatrices’ que curó todas las brechas abiertas y el bonus track de su mítico ‘Catarsis’ al canto de Madrid es como la cocaína. La luna nueva prevista en Madrid y la luna llena teñida del color de la bandera de las siete estrellas.
“Disfrutad la noche, disfrutad la vida” fueron las palabras que cerraron una de las noches más importantes de su vida. Una noche marcada en la historia del rap español y en la música madrileña. Porque Hijos de la Ruina es para siempre y en casa, se está en familia.
Imagen destacada: María Minaya – Why Not Magazine