A través de una comedia de apenas 90 minutos sobre una paella, Víctor Velasco, David Fernández y Nerea Moreno construyen un relato del acto creativo que supone subirse a las tablas.
A unos kilómetros del Broadway madrileño, en una pequeña sala del barrio obrero de Carabanchel, Amparo y Federico cuentan su historia entre dos sillas de plástico, unos cuantos focos y una paella a medio hacer. La única información que tenemos antes de que se enciendan los fogones es que la obra gira en torno a las desigualdades entre hombres y mujeres.
Sin embargo, la obra dirigida por Víctor Velasco e interpretada por David Fernández y Nerea Moreno, esconde mucho más allá. Tras unas cuantas páginas de guion, el espectador comienza a pillar algunas ideas. Sueltas, eso sí. Los personajes son un matrimonio que, aparentemente, no termina de funcionar. Ambos trabajan juntos y están preparando una comida para sus compañeros.
Esa línea argumental, en apariencia sencilla, no deja las pistas suficientes para completar el puzzle. Y en todo momento la pregunta “¿qué ha desencadenado la paella?” flota en el ambiente. Se habla de un tal Bruno al que no llegamos a ver en escena en ningún momento (ni hace falta), pero tampoco es cuestión de desgranar la historia pieza a pieza.
Si esa línea narrativa se enreda, se pierde o se parte, es precisamente porque no es la joya de la corona. Se trata de algo así como un macguffin de los de Hitchcock. En realidad, Amparo y Federico están allí como personajes. Literalmente. La obra se convierte en metateatral en pequeños pasos: rompen la cuarta pared, hablan de la paradoja del comediante, sacan el propio guion de ‘Paella’ y pronuncian frases como “es algo que me ha dicho mi autor”.
‘Paella’ es una obra metateatral
Así, dos hilos argumentales se entremezclan a través de una maravillosa interpretación y unas buenas transiciones que, aun así, no dejan del todo claro al espectador qué está sucediendo. Más que una comedia, se acerca de esta manera al surrealismo. Mientras los ingredientes de la paella se van cocinando en unos fogones improvisados, Fede se desquicia y Amparo ríe con ironía. Y tratan temas como la igualdad de género, los conflictos laborales o incluso existenciales mientras cortan el pimiento, la cebolla y un calabacín.
Cerca del teatro del absurdo, en ‘Paella’ las temáticas se diluyen en la manera de llevarlas a la acción. Es decir, entre bailes, músicas y salidas y entradas del pacto que supone la cuarta pared, el espectador mira incrédulo sin saber a qué prestar su atención. Lo que a su vez hace que quede atrapado.
‘Paella’ es una obra singular, con una calidad interpretativa admirable y un guion muy complejo que acompaña a los expertos en el arte teatral. Un homenaje a las tablas, al telón y al directo porque, en el cine, no existen los olores ni te puedes comer la paella que has visto (y sentido) cocinar durante los noventa minutos que dura el espectáculo.
‘Paella’ vuelve al Teatro Tarambana todos los miércoles de enero y febrero y los domingos del mes de marzo. Si admiran el teatro, o la paella, no se lo pueden perder.

Nerea Moreno y David Fernández en escena | Imagen: Teatro Tarambana
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Imagen destacada: Teatro Tarambana