En un concierto homenaje por sus 15 años de trayectoria, los madrileños Natos y Waor han llevado el rap un paso más allá en el Metropolitano.
Hace 15 años el Riyadh Air Metropolitano no existía. El Atlético de Madrid jugaba sus partidos en el Calderón, a solo unos kilómetros de los parques que escucharon por primera vez a Fer y Gonzalo rapear sobre una base. Ya lo dice Waor en ‘Budokai’, uno de sus últimos temas junto a Hoke: “Sonábamos en parques antes que en YouTube y no me lo contaron, lo sé porque estuve”.
Han estado en las plazas, en las calles, en las casas okupa y en las salas. Han ido desbloqueando todos aquellos lugares en los que su música no era bienvenida porque siquiera se consideraba como tal: “Entramos de patada y nos quedamos con la casa”. De la Silikona, al Vistalegre, al WiZink Center… y el Estadio Metropolitano. Eso son Natos y Waor. 7 de junio, 30 grados y 60.000 personas llegando a San Blas-Canillejas. Rap en los altavoces, sus caras en carteles y miles de camisetas con el escudo de H.D.L.R, como si de un partido más se tratase.

Primeros minutos del concierto | Imagen: María Minaya – Why Not Magazine
Dentro del Estadio
Esa es la verdadera magia que se respiraba desde la pista del Metropolitano: el orgullo de saber lo que significaba estar ahí. Y cuando el reloj marcó las 21.00 horas, empezó el juego. Un barco pirata encalló en el escenario y ‘Camarón’ resucitó ‘Martes 13’. También estuvieron allí las primeras maquetas: ‘Por la jeta’, ‘Catarsis’ y ‘Caja Negra’. Costa fue el primero en unirse a la fiesta, desatando la locura con ‘Rocknrollas’’, aunque pasaron por ahí muchos más: Chaman, Al Safir, Fernando Costa, Delaossa, Naiara, Ill Pekeño, Hoke, Walls, Zatu, Miguel Campello, Israel B, Denom… Con una mención especial a Dj Saik.
Compañeros de faena que a su vez representaron las distintas etapas de estos tres lustros. Desde alumnos a maestros, todos mostraron el mismo respeto por lo logrado. Quien no podía faltar era la pieza que completa el puzle: Jorge Escorial Moreno aka Recycled J. Los Hijos de la Ruina hicieron un recorrido emocional desde ‘Speed’ hasta ‘Delirium’ pasando por ‘Hija de puta’ y ‘A la tumba’, dedicada al Jero. El sábado fue el momento de celebrar los momentos felices, en honor a los tiempos difíciles.
Nunca mejor dicho, porque cuando todos pensaban que eso era un adiós, se convirtió en un hasta luego con la confirmación de un cuarto volumen de H.D.L.R y una gira programada para el año 2026. El estadio volvió a descontrolarse cuando sonó el primer adelanto de un sonido que junta las vibras del 2010 con lo que tenemos en 2025, “en el punto medio entre lo que éramos y lo que seremos”.
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15 aniversario: 2010-2025
Eso era un homenaje y no se podía pasar por alto. No era una gira de presentación de disco ni un concierto al uso, sino la recreación de la historia de uno de los dúos más relevantes del rap en nuestro país. El que ha destrozado todas las barreras y así lo demostraba en los visuales: del barco pirata a los edificios de Madrid, un banco, una catedral, una banda de rock con la batería y el escudo de la calavera.
Hubo tiempo para todo. Para recordar el pasado y para ilusionarse por el futuro, para los pogos y para llorar, para la admiración del público y el agradecimiento de Fernando y Gonzalo, que se arrodillaron ante las personas que, como dijo Natos cuando los micros fallaron, “siempre están ahí para recogerles cuando se caen”. En eso consisten los vínculos más allá de la música.
Hace 15 años, los hijos de Waor todavía no habían nacido y el rap se escuchaba en los márgenes. Han sido el trabajo, el talento, la dedicación, el amor y la lealtad los que han llevado a dos muchachos de un par de barrios de Madrid a coronar su ciudad. Y hacer historia: por su generación, por su género y por los suyos. No me lo contaron, lo sé porque estuve.
Imagen destacada: María Minaya – Why Not Magazine